jueves, 29 de enero de 2009

A día de hoy

Cuando existen distintas formas de oposición municipal
 







Otra vez la sospecha de corrupción urbanística planea sobre Marbella. En las últimas semanas la alcaldesa del PP, la cordobesa María Ángeles Muñoz, se está viendo asediada por las comprometedoras preguntas de la oposición.

El Pleno del 18 de diciembre, puso en evidencia ciertas sospechas: la alcaldesa se abstuvo, nada menos que en una votación de deslinde del término municipal; en una moción que había presentado ella misma.

Todo hace referencia a un supuesto escándalo inmobiliario que afecta al deslinde entre los municipios de Marbella y Benahavis. En dicha zona queda la mansión de la propia alcaldesa, El Colorado. También los terrenos administrados por su marido y su cuñado.

En plena refriega municipal, el PSOE ha presentado un recurso de reposición contra el acuerdo del plenario, donde se acuerda el deslinde, solicitando la recusación de la alcaldesa, que gobierna el Ayuntamiento con la mayoría del PP.

Dicen haber comprobado en los registros de la propiedad, que tanto la alcaldesa como sus familiares tienen intereses en el cambio de límites. Ello ha dado pie ha solicitar la nulidad del expediente, donde se altera el término municipal, segregando terrenos de Marbella en beneficio de Benahavis. Alegan, que terrenos permutados, han pasado de estar calificados como no urbanizables en Marbella, a ser urbanizables en Benahavis, un municipio con alcalde del PP, que si no es revocada la decisión del pleno de Marbella, quedaría ampliado en 385.000 metros cuadrados que ahora forman parte de Marbella.

Resulta sorprendente que en Marbella, la oposición cumpla con su misión de controlar férreamente al equipo de gobierno municipal, cuando en otros municipios parece ocurrir lo contrario. Ya se emplearon a fondo con Jesús Gil, después con Julián Muñoz y ahora con María Ángeles Muñoz.

Resulta extraño, comprobar que en otros municipios donde existen sobrados motivos de sospecha (algunos en boca de muchos ciudadanos), la oposición se dedique a sestear plácidamente, fijándose tan sólo en nimiedades, que en modo alguno tienden a esclarecer ninguna sospecha, pero tampoco ayudan en el estricto cumplimiento de la ley.
Así pues, como escribió un periodista: “Siéntese usted en los cómodos asientos bien pagados de la oposición y relájese como si estuviera acostado en una acogedora hamaca del Caribe”. ¡Pues viva el Caribe!

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