miércoles, 7 de enero de 2009

A día de hoy

La corrupción urbanística produce más dinero que la droga

Hace cosa de un año y medio, se creó el Grupo de Delitos Urbanísticos de la Guardia Civil. Un departamento formado por 162 agentes, cuyo cometido es la prevención de infracciones urbanísticas y en ultimo caso, la investigación de hechos que relacionados con temas urbanísticos, pudieran ser objeto de delito.

Los casos más famosos que de momento se conocen son la operación Malaya, el caso Librilla, Totana y la operación Guateque. El que no aparezcan continuamente más casos, no significa que en estos momentos este departamento permanezca de brazos cruzados, sino que por ahora han cerrado 26 casos, pero hay unos 80 que permanecen vivos en fase de investigación, más los que se encuentran en fase preliminar.

La explicación a las tentaciones corruptoras, tienen una fácil explicación: un municipio con una zona donde unos pocos saben que va a tener lugar un desarrollo urbanístico importante resulta ser muy llamativa y es que el valor del suelo en esa zona, va a aumentar en un futuro próximo de una forma exponencial. Este es uno de los caldos de cultivo, para que en España surjan corruptelas vinculadas a las recalificaciones y al ladrillo, donde los protagonistas suelen ser, por una parte los miembros del equipo de gobierno de un ayuntamiento y de otra parte, empresarios que aspiran a repartirse el pastel.
Por ello no es extraña la afirmación de los investigadores: “El urbanismo da ya más dinero que la droga y las penas son menores. Un terreno se revaloriza de forma exponencial”, o “Es frecuente encontrarte a implicados que te dice sin rubor, que prefieren que se lo lleven los suyos, a que se beneficien los contrarios, o que te sueltan que esto lo han hecho antes todos los que han pasado por ahí”.
El GDUGC en este período de tiempo ha sacado sus conclusiones: cree que en este tipo de corrupción no hay patrón. Que la iniciativa de actuaciones corruptas, del pago de comisiones y sobornos, del blanqueo de dinero, puede ser tanto de la autoridad pública como del empresario y siempre con un nexo de unión: el ladrillo y el dineral que lleva adjunto. Aseguran que aunque persista la crisis y se parase toda la construcción, tendrían material para investigar durante varios años.

El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) que sólo es una de las partes integrantes de la unidad, fue el encargado de iniciar este tipo de investigaciones. El Grupo de Delitos Urbanísticos recibe denuncias anónimas y otras que no lo son y han detectado que se dan casos de afectados, que acuden a la GDUGC tras fracasar en procesos contenciosos.

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