jueves, 5 de febrero de 2015
El Confidente
Nisman, un
suicidio dudoso
La muerte del fiscal Alberto Nisman, ha supuesto una especie
de terremoto político y social en Argentina; por lo visto la presidenta,
Cristina Fernández, quedó unos días anímicamente bloqueada.
Descartado por los forenses que Nisman se hubiera disparado,
al no tener restos de pólvora en las manos, pues parece increíble que se disparase
en la cabeza y después se limpiase las manos para enmarañar su muerte.
La hipótesis del suicidio que apuntó en un primer momento la
presidenta no se sostiene. Por tanto la sociedad argentina no entiende que Nisman
se pudiera suicidar, que si acaso, “lo suicidaron”. Averiguar quién y porque,
es la tarea en la que está volcada ahora la policía, cuando la fiscal que lleva
el caso no parece mostrar un gran entusiasmo por el tema.
Según sus amistades, Nisman era una persona alegre, sin
problemas económicos, optimista, a quien le gustaba mucho su trabajo y no tenía
ningún tipo de problema familiar ni personal. Una persona que disfrutaba de la
vida, teniendo muy buena relación con sus dos hijas, quienes le recuerdan por
su buen humor; una de ellas escribió el día de su entierro: "Más
que nada me acuerdo de todas las veces que me haces reír. Espero que los demás
te recuerden como yo, cuando estabas alegre y haciendo chistes todo el
tiempo..."
Cuando descubrieron su cadáver, encontraron encima de una
mesa, la nota para la asistenta con la compra del día siguiente.
Al final se descubrió, que los diez “escoltas” que en teoría
tenía asignados Nisman, en realidad eran dos: un chofer y un ordenanza que le
daba el correo.
Se trataría de un suicida sin ninguna razón de peso para
suicidarse, sin uno solo de los síntomas del suicida. Ante ello, quién puede
creer que el fiscal se suicidara?
El domingo pasado, el diario Clarín informó que en el cubo de la basura de Nisman, apareció una
denuncia redactada por él contra la presidenta, Cristina Fernández, dónde pide “se decrete” la detención de la
presidenta, por haber encubierto a los terroristas iraníes que colocaron una
bomba en el AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), con un resultado de 85
víctimas, en su mayor parte judíos.
Una copia de la misma denuncia apareció entre sus papeles,
pero tenía todas la peticiones tachadas con rotulador negro?
La presidenta se pone muy nerviosa y apunta a los
incontrolados Servicios de Inteligencia argentinos, para intentar hacerle quedar
mal a ella.
Al día siguiente, un ministro del gobierno da una rueda de
prensa, para romper en directo el periódico Clarín,
diciendo: “Esto hay que romperlo porque
es una basura”.
Un acreditado periodista, acaba de escribir en Clarín al respecto: “Es el legado eterno que transmite la historia de las mafias. La llave
maestra que abre todos los portones del Estado paralelo. Quien se interpone
ante ellas, quien molesta, "aparece suicidado". El caso Nisman es la
película perfecta de esa leyenda. La corporación real de la fantasía más
trágica. "Que parezca un accidente" es la bandera. “Que parezca un
suicidio”.
En resumen, la muerte de Nisman sigue pareciendo un
suicidio, pero no convence a nadie. Es entonces cuando el gobierno inventa el
término de “suicidio inducido”, sin explicar en qué se basa para llegar a tal
teoría. Además de que forzosamente debe tener un autor inductor conocido?
Después el gobierno apunta a un ex agente de inteligencia
como autor, sin identidad pública (de momento). Pero la fiscal del caso, no lo
llama a declarar, ni tan siquiera como testigo.
Acto seguido los nervios estallan en el gobierno y apuntan a
un homicidio, siendo el sospechoso un oficial: Diego Lagomarsino, el cual acude
tranquilamente ante los medios negando la autoría y explicando lo que cree
oportuno. Pero la fiscal del caso, tampoco pide tomarle declaración?
En estas se recuerda a Jorge
Julio López, cuando en 1992 fue a declarar contra un represor. No lo han visto
nunca más. Ni pidiendo una investigación al gobierno de Néstor Kirchner en
2006, se ha podido saber nada más de López.
La idea de las mafias enquistadas flota en el aire como una niebla
cada vez más densa.
El martes, la Fiscalía argentina, valida la denuncia
encontrada en el cubo de la basura de Nisman, exhibiendo una copia de la misma
que tenían desde unos días antes y sin tachaduras. Dicen que efectivamente, el
fiscal pedía la detención de la presidenta.
Las mafias siempre trabajan así: que parezca un suicidio o
un accidente, e incluso que la víctima no aparezca nunca más.
En estos momentos se desconoce cuál puede ser el autor o el
motivo. Pero ya sea un sicario de una u otra parte, el problema político (que
se puede sumar al crónico problema económico) es para el Peronismo y la
presidenta Cristina Fernández, que de momento, para huir del ruido periodístico
argentino, ha ido en viaje oficial a China, como si al desaparecer momentáneamente
de su país, desapareciera también en parte el problema.
Etiquetas: nismanunsuididudos
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